Trabajamos con toda la unidad familiar, entendiendo que la adolescencia ya es de por sí un momento estresante en el sistema familiar.
Supone un cambio evolutivo que afecta a todos sus miembros.
Trabajamos el divorcio sabiendo que ninguna ruptura es fácil y que la finalización de la relación sentimental no significa la ruptura de la relación parental.
En terapia familiar sistémica, entendemos que las adicciones son el producto de una difícil gestión emocional y es el síntoma visible. Trabajando las relaciones familiares, podremos abordar la raíz del síntoma.
Cuando se produce una reagrupación familiar tras un proceso migratorio y de otra índole, hay que reajustar todas las relaciones dentro del sistema familiar y hacer frente a las frustraciones que sabemos ocurren tras la ruptura de la idealización que preveía la unidad familiar al producirse el encuentro.
Las familias de origen y nucleares, cuentan con numerosas dificultades a las que se enfrentan en su día a día, las cuales se ven agravadas cuando se tratan de dos familias independientes que deciden unirse.
Desde la terapia familiar sistémica, abordaremos las relaciones actuales sabiendo que la familia biológica que puede no estar presente físicamente, siempre está presente en el pensamiento y acciones.
Orientamos a otros profesionales y tutores en el abordaje de dificultades relacionales en cuanto a infancia, adolescencia y sistemas familiares